lunes, marzo 05, 2007

Leer

Entrar a las librerías me produce una sensación de excitación generalizada… mi corazón se agita y comienzo a entrar en un trance donde se juntan mi ansiedad y una profunda alegría, y si el lugar además tiene discos de música es doble mi agonía. Agonía porque quiero llevarme TODO lo que hay a la venta… y lo que es lógico no tengo la plata suficiente, pero siempre siento que puedo comprar más de lo que puedo pagar. El otro día buscando un regalo para un amigo, fui una que queda en Huérfanos, se llama TXT, y me encantó… hay harto donde elegir. Es un poco alternativa, tiene onda y los precios son bastante buenos.
Antes me pasaba horas escudriñando títulos de libros en alguna librería y hacía tiempo no me hacía el espacio de ir a vitrinear tan noble bien. Además siento que en las librerías está el conocimiento gritando desde las tapas de los libros para que le sacudas la tristeza y le des la oportunidad de iluminarte. Lo penoso es que hay tanta información disponible que no nos alcanza la vida para procesarla.
Leer una novela nos lleva a una aventura, se puede viajar por el mundo sin moverse de su escritorio... el placer inexplicable de vivir a través de cada personaje, de imaginar lo que hay tras la siguiente página… por otra parte cada vez que termino una novela me siento llena de su energía... me siento involucrada.
Una vez escribí que antes de ser creada la realidad virtual esta existía en el corazón de quien lee con pasión… y hoy lo confirmo… me encanta la tecnología, soy fanática del computador y la Internet, pero por dios que bien le hace al espíritu un buen libro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que sensación más apasionante es entrar en las grandes librerias y de golpe ir sobre los estantes para consumir lo que alcance... en el poco tiempo que el trabajo nos deja y la vida agitada de una capital llena de ruido.

Gabriel Bunster dijo...

Mi madre hablaba así de sus idas a las librerías, con ese goce de los mundos tras esas páginas.

Hoy hecho de menos tiempo para leer, ritmo de leer, lentitud.

Internet es conectar a personas; los libros son otro mundo.