LAS PALABRAS

Escribir es para mi la necesidad de conectarme con el ser más profundo que me habita, para escudriñar la verdadera esencia, el motor que me impulsa y la fe que me mueve. Cada día que pasa voy sembrando palabras y antes de oscurecer cosecho algún milagro. Una puerta se abre para mi y el mundo surge desnudo, sin atavíos, sin restricciones, sin discriminaciones.
Hace poco pensé que derramar tantas letras sobre esta pantalla podría ser un riesgo, porque mostrar tu rostro sin máscaras a una sociedad acostumbrada a mirar sólo cáscaras, es siempre un desafío que no todos queremos asumir, pero recapacité y comprendí que a veces hay que tomar las banderas para avanzar, hay que jugarse un poco. Los que se acobardaron nunca emprendieron vuelo y se hicieron esclavos de sus propios miedos, paralizados se sentaron a esperar que la vida los viniera a salvar, pero nunca lograron despegar.
Hoy estoy levantando mis alas, la vida me sonríe desde la ventana. Bendito sea el color que matiza el sentido, bendito sea el sonido y bendita la voz.