Y llegó diciembre, vino a pies descalzos para que no lo oyéramos, vino desde septiembre, desde enero, desde que ya no somos niños y se nos pasa volando. Uno tras otro, los años, las edades, los hitos que van marcando su transcurso, vino y con él la llegada de un nuevo calendario, una nueva estación. La navidad, las vacaciones, las vueltas al colegio, semana santa, el otoño, la lluvia, los cumpleaños de cada ser querido, fiestas patrias, mi cumpleaños, y otra vez a la rueda. Qué vertiginosa manera de vivir, esperar cada evento, cada fin de semana, cada fin de mes, cada fin de semestre... esperar cada tarde la hora de salida, la hora del almuerzo... correr a la llegada.
Es raro, pero no lo notamos, pasa sin darnos cuenta la mitad de la vida, yo ya viví la mía, voy por esa otra parte que aún me queda, la que me prometieron los abuelos.
Al final sólo queda el sabor de esas cosas que hicimos, donde nos atrevimos, donde nos entregamos y también recibimos... por ahora seguiremos corriendo, viendo crecer los hijos, que se irán algún día...
... pero bien ya como les decía, llegó diciembre y con él el comienzo de una nueva tarea.
lunes, noviembre 27, 2006
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